Colaboración del Hermano Lorenzo

La oración es tan hermosa, como tener comunión con Dios sin ella? Espero que estas lineas sean de bendición para ti este día...
...Orad sin cesar! Y cuando te canses de orar: ora! Y Cuando te levantes: ora! Y cuando te acuestes: Ora!
"Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos" (Efesios 6:18)
"Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público" (Mateo 6:6).
La oración es devoción de comunión espiritual. Es el medio a través del cual la humanidad se enlaza a sí misma con Dios. Es el medio de Dios para suplir las necesidades del hombre. Es la voz del hombre que entra al corazón de Dios. La oración es eterna. La oración perdura mucho después de que los labios de los que oraron son cerrados por la muerte. Ellas sobreviven a una generación, sobreviven a una era, sobreviven al mundo.
El orar, es el empleo celestial más noble de todos. A través de la oración, el curso de la naturaleza se ha detenido, milagros se han forjado, y reinos han sido sometidos. Dios escucha con atención a la voz del hombre. La oración ha sido el único medio a través del cual Dios ha puesto en movimiento un principio más alto que todas las otras leyes. Jesús dijo: "Si algo pidiéres en mi nombre, Yo lo haré" (Juan 14:14).
La oración es un privilegio que nos permite entrar directo a la presencia de Dios. Antes del Calvario, solamente el sumo sacerdote le era permitido entrar al lugar santísimo, donde moraba la presencia de Dios. Sin embargo, por la muerte del Salvador, el velo de separación fue rasgado y el arca del pacto se hizo accesible a todos los que creen en su nombre. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12).

Ahora Jesús se convirtió en nuestro Sumo Sacerdote, y nosotros somos del sacerdocio santo que viene ante la presencia del Rey. Pobre del individuo que estime ligeramente el privilegio de venir ante tal lugar santo y sagrado como el lugar de oración, frente a Él que es el Rey de reyes y Señor de señores. Venir ante la presencia de nuestro Señor Jesucristo por medio de la oración y estar frente a su majestad y gloria, un privilegio que tenemos para poder dar, pedir y recibir de Él.
"En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido" (Juan 16:23-24).
Podemos decir con mucha seguridad que la oración es una necesidad en la vida del cristiano. En todo ministerio el orar siempre ha sido algo muy importante. Entre más oramos, mejor será el mundo y más poderosa la fuerza en contra del mal dondequiera. Hablar a los hombres acerca de Dios es una gran cosa, pero hablarle a Dios acerca de los hombres, es más grande aún. El que primero no ha aprendido cómo hablarle a Dios por los hombres, nunca hablará bien a los hombres por Dios.
Uno que ve la necesidad de orar tiene que mirar a su Maestro: "Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto y ahí oraba" (Marcos 1:35). Jesús fue siempre un hombre ocupado, pero nunca tan ocupado para no tener tiempo de orar. Asuntos divinos llenaban su corazón y sus manos, consumían su tiempo, y agotaban sus nervios, Jesús completaba el día con obras y empleaba la noche para orar. El laborar de día, hizo una necesidad el orar de noche. El orar de noche santificaba y hacía más próspero el trabajo del día.
ORAR ES CAMINAR CON DIOS: Es a través de la oración que caminamos con Dios. Diariamente se están elevando clamores ante el trono de Dios, para ser liberados de la esclavitud de la corrupción, para caminar con Él por las avenidas celestiales. Esta no es simplemente otra era o dispensación; ésta es la generación sobre la cuál viene el fin de la tierra y por necesidad, tenemos que caminar con Dios. No estamos buscando una revelación o un despertar espiritual, sino la salvación que resulta en un caminar sobrenatural con un Dios sobrenatural. Dios quiere encontrarse con el hombre tanto como el hombre desea encontrarse con Dios y aún más. Sí no hay tiempo para orar, ¿Quiere uno realmente al Señor?
LA ORACIÓN NOS DA UNCIÓN: La unción es aquello indefinible e indescriptible que penetra el corazón y los efectos vienen directamente de los portales de Su gloria. No puede ser manufacturada por el hombre, sino que es creada por una perseverancia intensa y seria de un orar consistente. La unción no viene a la mente de un cuarto de estudio, ni por un diploma, ni por un título de doctor, ni por posiciones de privilegios, sino que la unción viene de lo que almacenamos en nuestros corazones a través de la oración.
La unción es un obsequio de Dios. Esta es la orden de la caballería otorgada a los escogidos, a los verdaderos y constantes que han buscado este honor ungido a través de muchas horas de batalla a través de la oración, con lágrimas y agonías. Necesitamos más que una habladita con Dios, necesitamos sacar tiempo sin reloj si queremos ser cristianos ungidos. Tenemos que despertar y aprender a orar para que nuestras oraciones sean válidas y llenas de unción de Dios, como lo fueron las oraciones apostólicas que distinguieron a la iglesia primitiva.
ORACIONES CONTESTADAS: Las oraciones contestadas son la garantía de que uno ha orado correctamente. Súplicas contestadas traen gloria y honor al nombre del Señor Jesús. Estas revelan, reordenan, y revolucionan los propósitos del hombre. Cuando las oraciones son contestadas, esto predice la buena voluntad de nuestro Señor Jesús de someter Su poder al nivel del pensar del hombre. Oraciones contestadas anuncian el placer del Creador de vivir dentro y trabajar entre sus criaturas.
Lamentablemente muchos de los que profesan salvación quieren contestaciones instantáneas a oraciones instantáneas. Vivimos en una época de imitaciones instantáneas. Han pasado los días cuando los santos se atareaban en oración de común acuerdo sobre alguna situación o enfermedad, hasta que las huestes malignas eran dispersadas y la víctima se levantaba victoriosa. La oración de poder y autoridad pone a trabajar a Dios, a los ángeles y al hombre. Esta alvanza hasta el dominio de lo oculto y trae a la tierra las fuerzas del cielo.
La misericordia, el perdón, el poder y autoridad de Dios en favor de la iglesia se ha hecho dependiente al extremo, que Él mismo no se compromete a obrar entre los hombres, si los hombres no oran. La obra de Dios se detiene o avanza, según la devoción y dedicación que ponga el que ora. En los profetas y en los apóstoles tenemos el mejor ejemplo de la utilidad, fuerza y necesidad de orar.
RECUERDA: El mismo Señor Jesús nos dice: "Si permanecéis en Mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho" (Juan 15:7). Piensa sobre el extraordinario convenio de Dios para los que oran. En realidad, Él se coloca a la orden de una iglesia que ora. Es una inspiración maravillosa, el hacer la obra de Dios según su manera, por el camino de la oración.
Chaplain Pedro A. Guzmán1303 West Stewart, Puyallup WA 98371, U.S.A.Home: 253-840-6002, Cell: 253-273-2049http://www.el1es.com/Chaplain.Pedro@Gmail.com